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COLUMBUS, Ohio, EE.UU., 11 de septiembre.- No supo la Selección Mexicana de Fútbol superar a la de Estados Unidos. Se necesitaba imaginación y una pizca de desborde para alterar tanto orden, detalles que el Tri no concretó pese al esfuerzo que hizo; además, le faltan las agallas a la hora de llegar a territorio enemigo.
México se vio emboscado en un estadio que estalló en apoyo para su selección. Cánticos, brincos, banderas en todo lo alto, gritos ensordecedores, y un equipo sistemático enfrente fueron la labor del Tri. Con nada de eso pudo.
Los mexicanos están carentes de atrevimiento, pese a contar con elementos de desequilibrio como Giovani, Chaco Giménez o Andrés Guardado (quien ahora inició), piezas destinadas a romper los esquemas rival. No hay hombre que se eche el equipo al hombro, no hay bombero que apague este fuego.
Bastaba ver los rostros de los mexicanos para darse cuenta de la impotencia. Gio con la mirada en el suelo en varios lapsos del choque, Arce desesperado dando órdenes y Luis Fernando Tena absorbido en su asiento.
Todavía al final, con el 2-0, Clint Dempsey falló un penal. Fue una fiesta en el Columbus Crew, con mucha precisión e inteligencia, nada de desesperación, el cuadro de las barras y las estrellas le dio un repaso al mexicano.
Ya lo había mencionado Tena, México tenía que salir a proponer desde el minuto 1, y así lo hizo; la necesidad de puntos en el Hexagonal obligó a México a ser feroz, a ceder terreno lo menos posible, porque sabían bien que el enemigo estaba esperando un contragolpe, que ellos soltaran un instante el balón para buscar la sorpresa.
El Flaco hizo cambios respecto al cuadro que había utilizado José Manuel de la Torre en los últimos dos duelos, el amistoso ante Costa de Marfil y con el que perdió el puesto con Honduras.
La lateral derecha ahora tuvo dueño en la figura de Hiram Mier, a quien ya habían probado en esa posición desde la Copa Confederaciones; en la contención apareció Zavala; Andrés Guardado que parecía haber perdido la titularidad regresó, al igual que Javier Hernández en lugar de Oribe Peralta.
De lo mejor del encuentro, Christian Giménez, quien está vez tuvo mayor contacto con el balón y se notó en los centros que mandó en varias ocasiones. El primero de ellos fue por izquierda, pero Clarence Goodson desvió.
Luego apareció Héctor Moreno con un remate desviado, después Gio con un centro desde izquierda que alteró Beasley y que casi la manda al fondo de su portería.
La respuesta apareció en Jermaine Jones, pero la de gajos se fue por encima del marco de Jesús Corona. Otra vez Chaco remata sin éxito, y así se fueron consumiendo los minutos.
Fue al minuto 49 cuando la serenidad de los estadounidenses tuvo su recompensa con un remate con la cabeza de Eddie Johnson, le ganó en el salto a Diego Reyes, el mismo que se equivocó en el segundo gol contra Honduras. Y Corona, mal ubicado. Se desató entonces el furor en las tribunas, había fiesta, cantos, gargantas desgarrándose con el “¡Sí se puede!”; claro, todos apoyando a los Estados Unidos.
El Tri lo intentó, era ofensivo, pero inoperante de tres cuartos para adelante. Cuando la selección mexicana buscaba el empate, llegó el 2-0, inspirado desde el grito de la tribuna que esperaba ese marcador.
Luego de un centro por derecha, el balón se paseó por la portería de Jesús Corona, apareció Landon Donovan para matar el pizarrón, barriéndose, ante la poca efectividad de Hiram Mier en esa marcación. El Tricolor no pudo levantarse de ese golpe, hoy está fuera del repechaje.
¿Qué sigue ahora? ¿continuarán los mismos al frente?
¿Cómo va a reaccionar un grupo de directivos que ha demostrado no estar a la altura del grave momento que vive la selección mexicana de futbol?
¿Va a quedar en sus manos la decisión de contratar un nuevo entrenador, uno que dirija los dos partidos finales del Hexagonal clasificatorio y si se consigue el pase a la repesca, los dos duelos ante Nueva Zelanda?
¿Esto lo van a decidir Justino Compeán y Héctor González Iñárritu? ¿Ellos dos solitos?
Pero si en sus manos estuvo haber despedido a José Manuel de la Torre hace ya varias semanas, cuando en la Copa Confederaciones de Brasil (en junio pasado), dio evidentes muestras de no estar capacitado para ofrecer nada verdaderamente bueno al frente del Tri.
Hoy, a la luz de la derrota de anoche, es evidente que tampoco acertaron dejando a Luis Fernando Tena y todos los demás integrantes del cuerpo técnico de José Manuel de la Torre. Éstos, empezando por Tena, seguían anclados al Chepo, considerándolo su jefe, dándoles exactamente lo mismo si se ganaba, si se empata o si se perdía anoche.
Insisto, ¿qué sigue ahora? ¿Están los dueños del balón dispuestos a que el barco termine por hundirse completito con los actuales mandos al frente?
¿O intervendrán y generarán una real sacudida y pondrán a alguien con capacidad y mejores vistas para tomar decisiones? (Agencias)