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MEXICO, D.F., 6 de septiembre.- "¡Penoso!, ¡Humillante!, ¡Vergonzoso!". Sobran los calificativos para explicar el revés de México 1-2 ante Honduras. El Tri dio un paso hacia atrás en su camino al Mundial de Brasil 2014, los tambores y batucada se alejan poco a poco, increíble pero cierto, los números no mienten, son fríos y exactos; México en este momento está en zona de repechaje hacia el mundial amazónico.
El equipo catracho dio la sorpresa, la segunda versión del Aztecazo, un equipo que no hiló más de dos pases en el primer tiempo le dio la vuelta al marcador en el complemento. ¡Qué pena!
México comenzó ganando con tanto de Peralta, todo era "hermoso", lo que siguió fue horrible, Bengston y Costly le dieron la victoria al visitante, ellos se unen a Medford y Donovan en la lista de los más "odiados" para la afición mexicana,
El Tri tocó fondo, pero no todo acaba ahí, el siguiente rival es Estados Unidos, si los del Tio Sam vuelven a herir a México, el Mundial sería utópico.
La obligación se mezcló con motivación, el Tri sali con sed de revancha y reconciliación con su público, apenas pitó el central Roberto Moreno una máquina verde vestida de negro comenzó a apretar al rival, Corona en puerta, central europea con Reyes y Moreno, Meza en la diestra, Salcido en la zurda, su posición natural, la que lo llevó al Viejo Continente, Torrado como el "sucio" de la película, al lado Arce, una mezcla de fuerza y creación, Giovani por la pradera derecha, Reyna por la zurda, intercambiando la posición con el "Chaco", volviendo locos a los defensivos catrachos, todos al servicio de Peralta, el Cepillo en punta, sirviendo de poste y cazando cualquier error del rival.
La presión del equipo azteca logró ver sus frutos muy pronto en el partido, Giovani robó un balón en tres cuartos de cancha, cambió de primera a tercera, salió como bólido hacia Valladares y entregó a Peralta para que la firmara, ¡gol de México!, la anotación que se necesitaba, la que haría destrabar el partido y quitaría presión al equipo.
El festejo en la banca fue el fiel reflejo de lo mucho que se requería un gol, México tenía 305 minutos sin mojar la red, Chicharito había sido el último, está vez en la banca.
El acoso de México derivó en diversas imprecisiones del equipo catracho, el Tri apretaba desde la salida, en un tapón Valladares dejó su portería descubierta, el Ángel del gol pudo disparar, pero prefirió centrar, dando tiempo a Figueroa para ahuyentar el peligro.
Del otro lado de la cancha Izaguirre también falló, el del Celtic ya no sentía lo duro sino lo tupido.
El juego cayó, México dominante y dueño del balón pero sin poder abrir la zaga, Chaco intermitente, Oribe saliendo de la zona de peligro, Gio y Arce intensos pero sin profundidad. La lluvia también tuvo que ver en el "bajón".
De Honduras poco y nada, a pesar de ir perdiendo no se abrieron ni adelantaron líneas, Costly, Najar y Bonieck totalmente desapercibidos, Jesús Corona con una noche tranquila, su suéter limpio.
Con Tláloc presente, la temperatura bajando y dos equipos chatos a la ofensiva, llegó el final del primer round, México hasta el momento consiguiendo el objetivo. Ganar.
Al salir del vestidor, el Tri intentó una vez más achicar al rival, sin embargo Honduras era otro, el equipo catracho comenzó a pegar a cuanto mexicano se le puso enfrente, Bonieck y Bernárdez se pintaron de amarillo.
Chepo optó por cambiar su rompecabezas, sacó al Chaco por darle minutos a Andrés Guardado. El cambio perjudicó al Tri, México dejó de tener posesión de balón, de la Torre no supo manejar el partido.
Honduras lo aprovechó, adelantó líneas, buscó, intentó y minutos después dejó boquiabierta a la afición que llenó el Azteca.
Bengston quien entró de cambio, aprovechó un error compartido de Salcido y Corona para empatar el marcador.
El gol pasmó al Tri, quedó en shock, el equipo catracho supo sacarle jugo al momento, Carlo Costly, quien habló mucho en la semana de venir a ganar en el Azteca, le dio la vuelta al marcador.
El público explotó, no creía ni quería creer lo que estaba pasando, cayeron vasos de cerveza de todos lados, el coraje fue evidente.
Llegaron los refuerzos, el Chepo le dio ingreso a Javier Aquino y al Chicharito Hernández, momento complicado para entrar, la presión estaba en su punto de ebullición.
El del Villareal quedó cerca de empatar pero el travesaño se lo negó.
El tiempo restante pasó como agua entre las manos, el Tri ya no supo abrir al equipo catracho, la afición se le volteó al local, los "oles" hacia los nuestros venían de todo el Azteca, a ellos se unió el grito de "Fuera Chepo". La razón la tienen.
Llegó el fin de la batalla, Honduras pegó de visitante y pone a México contra las cuerdas en su camino al Mundial. ¡Qué vergüenza!. (Agencias)