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México (26 de julio).- Una quinta parte de enfermedades laborales que se diagnostican en México son problemas respiratorios que de no ser atendidos oportunamente, pueden llevar a la muerte, advirtió Rodolfo Nava Hernández, académico de la Facultad de Medicina de la UNAM.
El investigador señaló que cifras del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) en 2013 indicaron que los padecimientos respiratorios ocasionados por ambientes de trabajo representan 18.43 por ciento del total de las afecciones laborales.
En un comunicado de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) mencionó que por ello, es importante conocer los riesgos que implica la actividad a desarrollar, pues al presentarse problemas de salud muchas veces se ignora que son derivados de la tarea realizada a lo largo de los años.
El especialista en salud en el trabajo explicó que existen una serie de problemas del aparato respiratorio que se atribuyen a la inhalación de polvos orgánicos e inorgánicos.
Los primeros, dijo, son partículas generalmente provenientes de animales y plantas suspendidas en el aire; los segundos, son inorgánicos, como la sílice, el talco o el asbesto, que al ser inhalados se retienen en los pulmones y generan una reacción.
El experto subrayó que una enfermedad común es la neumoconiosis, que es la acumulación de polvos de menos de cinco micras en el pulmón.
Estos polvos se depositan en el alvéolo y entonces el propio órgano tiene una reacción que genera fibrosis, lo que ocasionará dificultad de intercambio gaseoso, es decir, entre el oxígeno y el dióxido de carbono, explicó.
La mayoría de los problemas ocasionados por los polvos inorgánicos son progresivos e irreversibles y no hay cura e incluso, pueden derivar en la muerte de la persona aunque ya no esté expuesta a los elementos.
Los casos más comunes se presentan en las industrias vidriera y metalúrgica, minería, construcción, fábricas de cemento, manufactura de cerámica, así como en canteras y en la extracción del mármol, refirió.
Entre los que generan mayor gravedad se encuentran la sílice (dióxido de silicio), que produce silicosis, y las fibras de asbesto, que ocasionan cáncer de pulmón, aunque éste también puede ser causado por radón, arsénico, níquel, cromo, berilio, los gases de diésel, el éter clorometílico y el humo de cigarro.
De igual manera se han reportado casos de cáncer gástrico en quienes laboran en empresas donde se fabrican productos a partir del asbesto, como los frenos de los automóviles, o en minas, apuntó.
En el caso de los orgánicos, se originan en animales y plantas y producen neumonitis por hipersensibilidad, alveolitis alérgica extrínseca o asma bronquial, que en medicina del trabajo se le denomina asma laboral, señaló.
En este grupo de enfermedades los trabajadores inhalan polvos provenientes de granos, de harina de trigo, de algodón, lino, cáñamo, esporas de hongos, excremento de aves, bagazo de caña, aires acondicionados o humidificadores con poco o nulo mantenimiento, así como ciertos gases y vapores.
En la actualidad existen medidas de prevención y control que deberían ser implementadas, entre las cuales el mantenimiento de los equipos generadores de polvos y contar con métodos eficaces de almacenamiento del producto para evitar que se disperse y sea respirable.
También la automatización de las actividades en las industrias de alto riesgo, la humidificación del ambiente de trabajo y el uso del equipo de protección personal como medida complementaria.- (Agencias)