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Prostitución, sex shops, hoteles de paso y venta de material pornográfico y de pedofilia se ofertan todos los días y a todas horas, incluso en el Centro Histórico de Mérida.
Aprovechando las lagunas legales del Reglamento municipal de Desarrollo Urbano, giros restringidos como sex shops y hoteles de paso comienzan a ser cada día más notorios en el centro de Mérida, lo que preocupa a las autoridades municipales porque afecta la imagen de la ciudad, especialmente del Centro Histórico, y porque podrían atraer más actividades relacionadas con la industria del sexo.
Por lo pronto, la falta de precisión en el reglamento sobre las condiciones para la apertura y funcionamiento de este tipo de giros, ha provocado no sólo la aparición de sex shops que contrastan con el entorno del Centro Histórico, sino que algunos de ellos estén pensando en modificaciones que darían un giro distinto a estas empresas, como por ejemplo el funcionamiento de secciones privadas en las cuales los clientes podrían tener actividad sexual mientras observan pornografía.
Al respecto, la regidora de Desarrollo Urbano y Obras Públicas, Mercedes Estrada Mérida informó que ya se dio la primera negativa del Ayuntamiento de Mérida para evitar que ese tipo de negocios amplíe su giro.
En la misma situación se encuentran hoteles de paso, que funcionan, por ejemplo, en los alrededores del ADO o en la calle 58 entre 71 y 73 del centro, donde la prostitución ha generado el que estos hoteles, construidos originalmente para alojar a viajeros, se hayan convertido en el lugar donde las trabajadoras sexuales llevan a sus clientes.
A estos giros se suman las innumerables cantinas que funcionan principalmente en el centro de la ciudad y las cuales parecen operar más como cabarets o centros nocturnos debido a la alternancia que tienen las meseras con los asistentes.
Sobre ese tema, el regidor de Desarrollo Urbano y Espectáculos, Renán Barrera Concha señaló que en estos giros las meseras también fichan, es decir, se sientan con los clientes para hacerlos consumir más alcohol.
—Lo que están haciendo cae más dentro del giro de centro nocturno que de cantina o salón familiar y eso lo saben.
Agregó que por ese motivo se está buscando precisar en la actualización del Reglamento municipal de Espectáculos que las meseras de estos lugares únicamente laboren como tal y que además, estén uniformadas.
En cuanto a las sanciones que aplica el Ayuntamiento por la violación de esta disposición, explicó que aunque los inspectores pueden verificar si las meseras alternan con los clientes, no proceden a la clasura debido a la falta de apoyo de la fuerza pública, razón por la cual se llama a los propietarios de esos negocios a un arbitraje.
Dio a conocer que en unos dos o tres meses estará lista la actualización del Reglamento Municipal de Espectáculos que se ha visto superado por este tipo de situaciones y en el cual quedará muy clara la prohibición de la alternancia de las meseras de las cantinas con los clientes.
Renán Barrera señaló que debido a que algunos reglamentos municipales ya se han visto rebasados por la modernidad o por la aparición de nuevos giros —como los relacionados a la industria sexual— el Ayuntamiento de Mérida está trabajando en la actualización de 25 reglamentos, entre ellos los de Espectáculos, Mercados y Plazas de Toros.
Algunos de los giros que habrían surgido y que no se encuentran considerados como tal en el reglamento de Espectáculos serían las discos gay. Éstos operan en la periferia de la ciudad. En ellos se presentan desnudos totales.
En relación a los rumores de que en algunos de estos giros se presentan la realización de actos sexuales, el regidor Renán Barrera señaló que "están prohibidos" y recordó que en ese tipo de casos, la Secretaría de Salud del Estado tiene más facultades para actuar que la Comuna.
En cuanto a las sex shops, el regidor Barrera indicó que también habría que adecuarse el Reglamento de Desarrollo Urbano, a fin de que precise la ubicación y las condiciones necesarias para su funcionamiento, como, por ejemplo, estar en pisos superiores del edificio y no encontrarse en la cercanía de escuelas, iglesias o en el paso de mucha gente, como lo es el centro de la ciudad.
Curiosamente, a media cuadra del palacio de gobierno y del palacio municipal funciona la sex shop que solicitó a la Comuna el permiso para la construcción de secciones privadas para uso de sus clientes, a lo que el Ayuntamiento se negó.
Al respecto, la regidora Mercedes Estrada precisó que debido a que no están contemplados como tal, las sex shop se han aprovechado de esta situación para instalarse incluso en el Centro Histórico, cuando por el tipo de giro deben estar lejos del paso de familias y menores de edad.
Aclaró que la actual administración municipal no otorgó el permiso para la apertura de la sex shop que funciona a media cuadra de ambos palacios de gobierno.
La industria del sexo en Mérida, especialmente en el centro, también incluye la presencia y venta de películas para adultos, revistas con alto contenido sexual, incluso material relacionado con pedofilia y también de gran violencia, especialmente contra animales, así como la presencia de servidoras y servidores sexuales en distintos puntos de la ciudad, incluyendo la calle 62 con 61, a pocos metros del ejecutivo estatal y de la comuna.
El problema es que muchos de estos materiales o servicios están a la vista de los menores que con o sin sus familias acuden al centro.
Ante este panorama, el centro de Mérida se enfrenta a la posibilidad de sufrir el mismo problema que la ciudad de Nueva York en los años setenta y ochenta cuando su emblemática y céntrica calle 42 en Manhattan se convirtió en el distrito rojo de la ciudad debido a la presencia de sex shops, prostitución, cines de películas pornográficas y hoteles de paso, que contrastaban con los famosos edificios de la Gran Manzana así como también el Times Square y la zona de teatros en Broadway, cercana a la calle 42.
Los tentáculos de la industria del sexo en Mérida también llegan a la periferia de la ciudad, especialmente en áreas cercanas a la salida de escuelas, donde de manera descarada se les venden a los niños películas y revistas de alto contenido sexual.
El regidor Barrera informó que ya han tenido denuncias al respecto, pero que debido a que estos vendedores son "ambulantes" no se ha podido proceder contra ellos.
{xtypo_quote}Somos como el león, pero sin dientes porque no tenemos el apoyo de la fuerza pública.{/xtypo_quote}De las famosas casas de masajes, indicó que aunque están prohibidas siguen funcionando con la diferencia de que ahora sólo publican números de teléfono en los anuncios para poder contactarlos.
Artículo 7 investigó que algunas de estas casas, que aparecen bajo el rubro de masajistas en el directorio telefónico, proporcionan teléfonos locales sin funcionar, obligando al interesado a marcar números celulares.
Llama la atención que estos lugares de masajes —que también ofertan "servicio ejecutivo, despedidas, fiestas privadas, parejas"— sólo envían a su personal a hoteles o a domicilios. En ningún momento se refieren al masaje en sí, al parecer debido a que lo que se pacta es la relación sexual.
Por cierto, estos lugares ofrecen, tanto a hombres como a mujeres servicio también de ambos sexos para unos y otras. Incluso el cliente puede dar una descripción del fisiotipo de la persona que desea contactar. Ésta se envía a la dirección dada por el cliente. El costo del servicio por hora y media es de $1,000 si el cliente es hombre y de $1,200 si es una mujer la que demanda el servicio. El sexo del contratado no influye en el precio del servicio.
Ante todo este panorama, la regidora de Desarrollo Urbano, Mercedes Estrada Mérida, opinó que ya es necesario pensar en una zona de tolerancia para Mérida, pero ubicada en la periferia de la ciudad.
—Ya están ahi los centros nocturnos y los moteles, no veo por qué no puede establecerse una zona de tolerancia como tal. De esa forma, la prostitución que está presente en varias calles de Mérida, incluso del centro, tendría que irse a ese lugar y los hoteles que ahora funcionan como de paso, ya no tendrían por qué operar de esa forma.
Explicó que al mover la prostitución y las actividades que rodean a ésta, las familias del centro, que todavía viven cerca de sitios donde hoy trabajan sexo servidoras y servidores, tendrían menos probabilidades de exponerse a escenarios humanos "para adultos".
—También la ciudad tendría una mejor imagen ante el turismo y, si se quiere ver, las sexo servidoras y los sexo servidores podrían sujetarse —en forma regulada— a un sistema obligatorio de control médico. Creo, que sería lo mejor. L.I.