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Animales desnutridos y enfermizos, son los "huéspedes" del descuidado zoológico de Tizimín.
Más, adelante, un venadito con las costillas marcadas en su pelaje se alimenta con hojas. Su mirada es triste, quizá porque aunque es muy pequeño no comparte la jaula con su mamá o con cualquier otro venado.
Un hermoso tigre de bengala, también solitario, intenta atenuar el calor bañándose en una pileta de agua hirviendo por el sol. Su soledad lo "obliga" a responder con movimientos de orejas y miradas a los ruidos a su alrededor, incluso a los saludos de los pocos visitantes que le hablan como si tratara de un gato doméstico.
La soledad en cada una de las jaulas de La Reyna es el común denominador para estos animales, que ni siquiera tienen la compañía de los visitantes porque el parque se encuentra —a no ser por un par de personas que caminan por sus pasillos— completamente vacío.
El zoológico parece olvidado. Basureros en forma de animales rotos y sucios, hierbas en las jaulas de los animales y una apariencia enfermiza en varios de ellos.
El Ayuntamiento de Tizimín evidencia con este abandono un maltrato hacia los animales que por azares del destino han tenido la mala suerte de residir en este zoológico, donde las autoridades municipales tan poco interés les prestan. La indiferencia de los residentes, la falta de grupos a favor de los animales que levanten la voz y el mutismo de dependencias ambientalistas son factores para que el panorama sea completamente desolador.
¿Cuántos más animales morirán o qué es lo que tiene que pasar para que se haga algo? Es la pregunta que queda en el aire y que hasta el momento no tiene respuesta. De nueva cuenta, se ignora y se viola la Ley para la Protección a la Fauna del Estado de Yucatán, y los tigres, leones, venados, cocodrilos y demás animales del zoológico de Tizimín se unen a caballos tierreros, perros y gatos sin dueño que en el estado de Yucatán son maltratados y condenados a muerte por una sociedad que no valora su vida, pero que se divierte con la tortura y la crueldad hacia ellos.
¿Hasta cuándo alguien pondrá un alto a tanta indiferencia y crueldad? ¿Hasta cuándo los gobiernos voltearán sus ojos al sufrimiento animal para aplicar sanciones a los victimarios? ¿Hasta cuándo nuestra sociedad cambiará y respetará la vida de los más frágiles, de aquellos que no tienen voz? ¿Hasta cuándo dejará de haber muertes injustificadas? ¿Hasta cuándo? L.I.
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