México (10 de julio).- Ayer, la Procuraduria Federal de Proteccion al Ambiente (Profepa) aclaró que los propietarios pueden conservar a sus animales, pero siempre y cuando no los presenten en espectáculos públicos, sólo los expongan para exhibición, reciban un trato digno y los cuidados adecuados.

Sin embargo, la ley ha sido poco clara y crea lagunas, lo que ha provocado descontento, temor y recelo por parte de los propietarios de los circos quienes señalan que prefieren vender a sus animales que entregarlos a la Secretaría del Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat), encargada de su reubicación.

Según declaraciones del presidente de la Unión de Empresarios de Artistas de Circo, Armando Cedeño, los ejemplares son vendidos a un precio muy por debajo de su costo real, citó como ejemplo el caso de un tigre blanco que tiene un valor de 25 mil dólares pero están ofreciendo 2 mil dólares. Hasta el momento, se han vendido alrededor de 4 mil animales.

Otra opción que se presentó, a decir de Cedeño, es que están aceptando propuestas de circos del extranjero para que sus animales vayan a otros países a hacer giras donde sí está permitido que los animales formen parte de un espectáculo. Agregó que están en espera de los permisos correspondientes para que puedan ser enviados.

En contraparte, la Profepa y la Semarnat sostienen que se cuentan con seis refugios y acceso a 108 zoológicos para los ejemplares que no fueron reubicados por los dueños de esos establecimientos. Según cálculos de las autoridades, hay alrededor de mil 91 animales silvestres en las carpas, pero no han dicho si cuentan con las condiciones para reubicar a cada uno de ellos. Las modificaciones a la ley ha creado controversia. La primera refiere al argumento que atacaba el maltrato animal, pero los cirqueros señalan que las mismas autoridades no pudieron constatar dicha condición en todos los circos, y en los casos que se encontró, se procedió con forme a ley.

La segunda polémica es sobre la prohibición de la participación de animales silvestres en espectáculos, lo que deja abierta la posibilidad de que animales domésticos o de corral puedan seguirse empleando (perros, caballos, cabras, etc.).

La última y tal vez, la más profunda, es que el gremio circense acusa que la ley fue creada con artimañas y fines políticos, en particular, acusan al Partido Verde de impulsar la campaña de desprestigio basada en una supuesta violencia contra los animales.

Si escuchamos este argumento, podemos cuestionar el hecho de que esta ley no se haya extendido a espectáculos como las corridas de toros, las peleas de gallos y otras actividades en donde la violencia es el espectáculo. Las autoridades quisieron hacer un bien, ahora les toca ser congruentes y atacar el lado ciego de su legislación.- (Semanario)