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Acosta Solís, de etiqueta azul en el lienzo charro. Mientras, la influenza está en todos lados, menos en los reportes de la Secretaría de Salud yucateca.
7 vistazos con binoculares
1. ¡Happy Birthday Rafaelito! En un conocido lienzo charro de Mérida, la semana pasada celebró su cumpleaños el subprocurador Rafael Acosta Solís. Constantemente en medio del ojo del huracán, ahora por las mutuas acusaciones en el caso de Hernán Vega, el agitado caso Wafé en donde se sospecha alteración de evidencias, y en el encarcelamiento del ex alcalde de Dzemul, Eduardo Chuc Baas, en donde Acosta actuó como brazo de represión de la gobernadora. A pesar de los ventarrones de todos esos casos —por mencionar sólo los más recientes— Acosta Solís brindó entre botellas de mucha categoría, departiendo con bonhomía y desparpajo.
Por cierto, la pesadilla de Chuc Baas continúa. Saldrán cosas nuevas la próxima semana, atentos.
2. De Rigurosa Etiqueta. Por cierto, llamaron la atención de varios de los asistentes a la fiesta los llamativos relojes que portaban algunos funcionarios, incluyendo al festejado. Entre los invitados y asistentes estuvo el procurador José Alonso Guzmán Pacheco y el también turbulento Friedman Rivero Peniche, Jefe de Averiguaciones Previas de la misma Procuraduría. ¿Habrán limado asperezas? “¿Qué fue de etiqueta la fiesta? ¿En el Lienzo Charro?” preguntó extrañado un curioso a nuestro informante. “Noooo, lo que pasa es que puro Etiqueta Azul se sirvió”, nos dijo el invitado para referirse al whisky de un costo de $2 mil por botella, ése que se consumió en el charro escenario del cumpleaños del ave de las mil tempestades judiciales.
3. Carpetas calientes. Que sobre el mismísimo escritorio de Rafael ya hay potenciales expedientes de cada uno de los miembros del Consejo Editorial de Artículo 7… Pero que a los consejeros editoriales de A7 no les quita el sueño. Cosas peores les han dicho ya. Lo verdaderamente malo sería que el tiempo que se dedique a “armar expedientes” a periodistas o a críticos del gobierno se sustraiga del valioso tiempo de nuestras autoridades judiciales, que debiera estar dedicado a los “folders” de los delincuentes, con tanto ratero suelto. Así se las gasta quien según Francisco Solís Peón es “el mejor abogado de mi generación, le duela a quien le duela”. Así lo declaró Panchito a una Revista local. Ahh, ¡que generación tan simpática la de Pancho Cachondo! Si don Antonio Mediz viviera... ¿diría lo mismo?
4. Papa al Horno. Lo de la influenza en Yucatán va que vuela a convertirse en un escándalo nacional. De “cero casos” pasamos al primerísimo lugar de crecimiento en contagios. Las declaraciones de la SSY son chulísimas: dicen “va cayendo el número de casos” mientras las clínicas particulares y los hospitales públicos tienen ya áreas especiales designadas ante el aumento de pacientes ingresados. Se dice “que está en franca defervescencia” pero se cancela el Baxaal Paal para evitar el contagio en los niños. Primero prohibieron y hasta castigaron a un laboratorio particular por hacer la prueba rápida de influenza y ahora autorizan que esos establecimientos la hagan porque “no se da abasto la Secretaría de Salud de Yucatán! Y esta semana como desde hace dos meses el gobierno del estado sólo da a conocer un número de confirmados muy inferior al que maneja la federación. Sería simpático si no fuera porque se puso en riesgo con las mentiras a muchas familias que por “exceso de confianza” gubernamental bajaron la guardia, siguiendo “ejemplo” del gobierno yucateco. Y le siguen poniendo crema a sus tacos y a la papa caliente también.
5. Una Pataleta en Palacio. Mis fratelos de La Casa Ignaciana de la ciudad de México me comentan que se supo en la capirucha que la gobernadora Ivonne Ortega Pacheco agarró furibunda y berrinchuda el teléfono para llamar al mismísimo secretario de Salud José Ángel Córdoba Villalobos, para quejarse, para acusar a la oposición yucateca de cuestionar sus cifras bailarinas y el ocultamiento de casos de influenza. Le dijo a don José Ángel que unos de la prensa y sobre todo los panuchos, responsabilizan a su heroico gobierno del rebrote de la epidemia.
6. Yoga y Yougurt. Ante la maligna embestida opositora, recomiendo a la góber unos ejercicios de yoga para no desesperarse ante la crítica. Tanto para la crítica sana como para la malsana. Hay un programa que pasa en las mañanas por el Canal de las Estrellas. Seguramente la góber lo ha visto. Ahí sale el musculoso profesor Maldonado. Es uno que tiene lleno de “cuadritos” su barriga y unas mallas que arrancan suspiros a más de una televidente y a muchas de mis feligresas. En realidad con envidia, hay que admitir que no tiene barriga el profe. Porque lo que es este soldado del Señor, sí tiene cuerpo de presbítero, con vergüenza lo admito, todo lo contrario del profe Maldonado que se alimenta de purititas frutas y verduras, ah y yougurt natural con probióticos para prevenir la infección. Mientras doña Ivonne respira profundo y hace los ejercicios que el yogui Maldonado recomienda, podría la Jefa del Ejecutivo acordarse cuando ella era diputada por el PRI y acusaba al gobierno de Patricio “de ésta, de áquella, y de la otra también”. El caso es que sacó chispas el teléfono rojo que la comunicó con el titular federal de Salud.
7. Retenes retencionistas. No sólo a Santiago Creel o a Beatriz Zavala los retuvieron y confundieron con potenciales delincuentes. Peor le fue al sobrino de la Jueza. Sí de la jueza Rubí. La que lleva el famoso Caso Wafé. Resulta que a ese muchacho su sobrino, al pasar por uno de los cuestionados retenes ¡Zaz! que lo detienen sin miramentos. Que lo acusan de un delito grave. Que lo llevan a carearse con la denunciante del delito. “Ese no es” dijo aquella. En eso, providencialmente interviene la Jueza. “Usted disculpe” le dijeron al sobrino y a la tía Rubí. A Creel y a la senadora Zavala “sólo” los detuvieron poco menos de una hora. Al sobrino de la jueza varias horas con sus largos minutos sin saber ni qué onda. “Gracias a mi cargo, lo soltaron” admitió doña Rubí, la Jueza.